
Breve historia del monumento
El Castel Sant Angelo fue construido por Adriano como Mausoleo de su familia en el s.II, y posteriormente fue utilizado durante años como fortaleza, prisión y refugio y residencia de los Papas. En alguna época de la historia también se utilizó como comisaría o casa cuartel. Actualmente es un museo, en cuyo recorrido podemos observar las distintas transformaciones que ha sufrido a lo largo de la historia.
Una de ellas afecta a la entrada principal que actualmente está situada tres metros por encima de la original.
Ubicación e información práctica
Está ubicado en Lungotévere Castello al otro lado del río. Podemos llegar hasta allí cogiendo cualquier autobús que nos deje en Piazza Cavour como el 80, 87, 280 y 492.
Abierto de martes a domingos de 9.00 a 19.30h, el precio de la entrada es de 11€, pero puede aumentar si hubiera exposiciones o eventos especiales. Las taquillas cierran a las 18.30h.
Qué ver
El Castel de Sant Angelo consta de cinco plantas, más una última que constituye la terraza. Una buena parte del contenido de lo que fue al mausoleo se perdió al ser convertido el edificio en fortaleza, aún así no podemos perdernos en nuestra vista al castillo:
El aula del sepulcro es el núcleo del castillo y allí estuvieron enterrados durante un tiempo Adriano y su esposa y los emperadores posteriores hasta Caracalla. A través de la escalera central se llega a la terraza donde podemos ver una inmensa estatua de un ángel en bronce que preside la fachada del castillo. Delante del castillo, no podemos perdernos el Puente de Sant Angelo decorado con estatuas de Bernini y construido para facilitar el acceso al antiguo mausoleo.
Curiosidades
Cuenta la leyenda que el Arcángel Miguel se apareció en el techo del mausoleo desenvainando su espada como señal del fin de una plaga en el año 590. Este hecho le dio nombre al castillo.
Este edificio constituye una pieza clave en la historia de Roma, por ello se decía “quien tiene el Castel Sant Angelo, tiene el poder de la ciudad”.
La fortaleza está unida al Vaticano por un pasadizo que fue utilizado por los Papas para escapar de las situaciones de peligro.
Consejos
Si quieres obtener unas preciosas vistas de Roma, puedes tomar un café en el piso superior, te avisamos que el precio de éste puede ser elevado, pero seguro que merece la pena. El Castillo es uno de los mejores miradores de Roma.
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